Sobre nosotras

Era una tarde gélida, un aromático té marroquí aguardaba humeante junto a la solemne chimenea adornada con hojas de roble y madroño del jardín. Sobre la mesa añil de zellige —fabricada por artesanos de Fez—, que habíamos adquirido en nuestro último viaje, descansaban, sobre pañitos de hilo bordado de un blanco impoluto, las delicadas tacitas Limoges de porcelana casi traslúcida.

La fragancia dulce de clavo y canela, que despedía el vetusto incensario labrado en bronce — del que nos enamoramos en aquel perdido mercado de pulgas del Valle del Lot—, perfumaba la estancia.

La pequeña Sofía nos miraba atenta desde su viejo moisés de caña engalanado con preciosas vestiduras en lino y organdí, que ella había confeccionado con su sempiterno mimo infinito, tarde a tarde, frente al crepitar de la lumbre. 

Ella es mi querida madre, amante del arte y dotada de un don de especial sensibilidad para crear y apreciar belleza.

Y aquella tarde gélida, la suave luz de las velas dispuestas en el hermoso mancala —venido desde la mítica Tombuctú— alumbró nuestra inspiración como en un arcano sortilegio. Y reunidas tres mujeres, tres generaciones, entre risas, confidencias y sueños, de los posos de aquel té, nació esta bonita ilusión, a la que bautizamos como Alpatana

alpatana 

Del ár. 

hisp. y mozár. alpatana, y este del gr. gr. πατάνη patánē ‘plato’.

1. f. And. Conjunto de los aperos delabranza. U. m. en pl.2. f. pl. And. Trebejos, utensilios, trastos.